lunes, 28 de febrero de 2011

Cambiar el lenguaje para cambiar la educación


¡Cuidado con lo que le decimos a los niños!

La idea o concepto que tenemos de nuestros hijos, las actitudes diarias que tenemos frente a ellos y el lenguaje que usamos para referirnos a sus actuaciones y a ellos como seres humanos tienen una gran importancia en la formación de su personalidad. Aunque a veces lo que les decimos y la manera como lo hacemos nos parecen superficiales e inofensivas, muchas de las frases con las que expresamos nuestros sentimientos hacia ellos resultan agresivas, descalificado ras o aniquiladoras, y pueden llegar a desestabilizar y disminuir su amor propio. Tenga especial cuidado con lo que le dice y con el tono en que se lo dice.
• Por qué siempre cometes los mismos errores?
• Tenías que ser tu.
• Tu nunca entiendes!
• ¿No te das cuenta de que te ves muy fea?
• ¡Estás tan gordo que pareces un globo a punto de reventar!
• Ven para acá, "nariz de lorito"¡Pobrecita, tan débil que es la niña!
• Tienes la cara horrible con esos granitos.
• Nada de lo que haces lo haces bien, ¿no?
• ¡Seguro que con esa forma de ser te vas a quedar
• solterona!
• ¡Con esa timidez nunca vas a lograr nada!
• No te me acerques que hueles muy desagradable. ¿Otro novio más? ¡Todos deben estar hablando mal de ti!
• Es que no has crecido... ¡sigues siendo un bebé! " Tú nunca piensas... la cabeza sólo te sirve para peinarte.
• Como tú eres loca, yo no te creo nada.
• Si te portas mal, no te quiero.
• ¿Por qué no puedes ser como tu hermano?

Cómo decirlo bien
Las cosas se pueden decir de diferentes maneras. Intente retomar las anteriores frases y formúlelas de manera constructiva. Usted puede hacerlos caer en cuenta a sus hijos de los errores y fallas, y además expresar sus emociones pero de forma positiva y amorosa. Para lograrlo tenga en cuenta:
• Estaba seguro de que no ibas a poder.
• No ser repetitivo. Con esto sólo logrará ganarse fama de "intenso" entre sus hijos.
• No decirlo con gritos. Sus hijos terminarán haciendo caso omiso de lo que diga en voz alta.
• No ser irónico, porque la ironía y el cinismo despiertan la agresividad.
• No burlarse ni faltarles al respeto. Esto quebranta la comunicación.
• No regañarlos en público, porque sólo logrará avergonzarlos pero no los hará reflexionar.
• No agredirlos físicamente. Empujarlos o pellizcarlos para resaltar lo que les dijo sólo logrará hacerles sentir resentimiento.
• No confundirlos. Si somos muy estrictos frente a una situación y otras veces muy flexibles, los niños no sabrán con claridad qué se espera de ellos.
• No irrespetarlos. Nada justifica atentar contra la dignidad de un niño, recuerde los derechos del Niño.

domingo, 13 de febrero de 2011

Severn Suzuki- "Representante de la infancia" en la ONU



Las palabras sobran. Después de escucharla sólo hay tiempo para hechos.

viernes, 4 de febrero de 2011

Etiquetas psiquiátricas de trastornos inventados



Totalmente de acuerdo. ¿Para qué sirve tanta etiqueta?, ¿tanta orientación?, ¿estos niños son más felices?, ¿más libres?. Yo creo que no, que limita la ilusión de soñar qué quieres ser.
Por favor, liberad a los niños de etiquetas, eres malo, eres nervioso, eres tonto,etc. Dejadlos que sean lo que quierean ser, seguro que os sorprenden.