El anhelo de todo padre y madre es que sus hijos crezcan sanos , seguros... y sobre todo felices.
La "FELICIDAD" la asociamos a seguridad, confianza, alegría, optimismo... y especialmente a querernos y aceptarnos a nosotros mismos... Todos estos conceptos los podemos enmarcar dentro de otro: una AUTOESTIMA POSITIVA.
La Autoestima es la opinión o concepto que toda persona tiene de sí mismo. Se forma dentro del seno familiar y en la interacción con los otros. En estos entornos vamos "creando" una opinión sobre nosotros basada en la opinión de los demás (positiva o negativa) y es un proceso largo que dura toda la vida.Si ocurre así en el mundo de los adultos, con más fuerza ocurre en el mundo de los niños, ya que éstos dependen mucho de los demás para construir el concepto de sí mismos (padres, profesores, familiares, amigos, hermanos....) y este hecho es positivo, pero a la vez entraña sus "riesgos".La Autoetima positiva se forja cuando el niño recibe más mensajes positivos que negativos de sus figuras afectivas cercanas y sus experiencias personales y vitales de éxito son superiores a las de "fracaso" o dificultad. Entonces, ¿Qué aspectos en la educación de los padres contribuyen a crear una AE positiva? Los analizaremos con detalle:
- El primer soporte es un sistema de normas estables y coherentes. No es discutible que los niños necesitan normas y límites y que éstas les dan seguridad ya que saben a qué atenerse y qué se espera de ellos; qué está bien y qué está mal y les permite situarse en un mundo cambiante y a veces "desconocido".Los padres que suelen ser incoherentes en la aplicación de las normas, crean niños inseguros y con poca confianza en sí mismos que buscarán fuera del entorno familiar, figuras y valores de referencia.
- El segundo soporte es El Estilo Educativo de los padres. Hay diversidad de estilos educativos (permisivo, restrictivo-autoritario, democrático, sobreprotección...). Todos ellos tienen ventajas e inconvenientes; no hay un ideal. Probablemente, en cada situación o problema hay un estilo más adecuado y esa sería la clave de acertar: combinar la autoridad paterna con normas claras y razonadas, fijas y constantes con la indulgencia y la negociación en otros momentos.No obstante, hay estilos Educativos que no generan una AE positiva.
- La permisividad continua genera niños egoístas y poco cooperativos a los que les cuesta considerar las necesidades de los demás.
- Los padres excesivamente estrictos y poco afectivos generan niños rebeldes, frustrados y con agresividad hacia los demás.
- La sobreprotección genera niños tímidos, con una percepción amenazante del mundo y dependientes del adulto.
Otros gran soporte es La aceptación incondicional de nuestro hijo.Para muchos padres tener un hijo se convierte en la oportunidad de hacer realidad sus sueños y nutrir su propia AE, y si los hijos no satisfacen las expectativas, éstos se sientes fracasados y decepcionados, transmitiendo a sus hijos mensajes negativos y una sobre-exigencia que crea en los niños sentimientos de inferioridad. Establecer objetivos razonables y alcanzables tiende a crear en los niños una opinión favorable de sí mismos al darse un equilibrio entre deseos y logros. El mensaje para nuestros hijos será :" Creo en ti, puedes lograrlo, no temas al fracaso... ".Esto supone la Aceptación Incondicional del hijo; transmitirle el mensaje : "Yo te acepto como persona, acepto tus sentimientos y tu comportamiento", "te quiero cómo eres, hagas lo que hagas y sientas lo que sientas".Por supuesto la aceptación no es "incompatible" con animar a nuestros hijos al cambio de todas sus conductas y emociones negativas. De hecho, esta es una labor fundamental de todos los padres, pero este cambio sólo es posible partiendo del respeto y la comprensión de lo que el hijo siente y participando en su vida para entender y conocer por qué actúa y siente de una manera u otra.Este aspecto se relaciona con otro importante soporte de la AE: La comunicación basada en la escucha Activa.
Escuchar al otro es un proceso voluntario y activo. No se trata de atender sólo al contenido del mensaje, sino saber interpretar qué sentimiento y emoción se relaciona con ese "contenido". Esta es la empatía, ponernos en lugar del otro y comprender sus emociones.Los padres no siempre escuchan activamente a sus hijos porque atendemos exclusivamente al contenido del mensaje sin responder a la emoción. Si un niño comentara a su madre que "me han insultado en el patio del cole" y respondiera "no hagas caso; no pasa nada... o entonces, defiéndete tú también..", no habría realizado una escucha activa porque no ha atendido a la emoción y no ha ayudado a su hijo a resolver "su " problema ya que lo hemos ignorado para evitarle "sufrimiento" o desviar su atención.Si empleamos la Escucha Activa nuestra respuesta podría ser: "Me imagino que el insulto te ha debido doler y te has sentido triste.. ¿Qué podrías hacer si te vuelve a pasar algo así?" Esta respuesta transmite al niño seguridad, comprensión y le ayuda a resolver un problema al que debe enfrentarse solo.Un aspecto crucial de la AE es la confianza en que uno mismo puede superar y resolver las dificultades y problemas que surjan. Cuando un niño se siente capaz, puede afrontar nuevos retos y "aventuras" sin miedo al fracaso y sabe que sus padres, "pararán " el golpe con los brazos abiertos.En definitiva, el" Lenguaje de la AE " se basa en un sistema de normas estables y razonadas; actitudes de escucha y empatía, la aceptación total de nuestros hijos, establecer objetivos y metas razonables..... y por supuesto, grandes dosis de cariño y dedicación.
Fuente: http://blogs.hola.com/charhadas/